Eva estuvo muchas veces en Avellaneda. Es como una presencia que nunca se fue, ya que gran parte de su obra permanece y su ejemplo se ha ido multiplicando en los hechos solidarios cada vez que se necesita.
Eva también fue madrina del Instituto Pre escolar de Avellaneda ocasión en que se la Banda Sinfónica de nuestra ciudad y de la Policía de la Provincia engalanaron el encuentro. El personal femenino del frigorífico La Negra el 14 de octubre de 1947 fue homenajeado por quien años más tarde, lograría que las mujeres se incluyeran en la vida política al comenzar a votar. Evita visitó la biblioteca de la calle San Vicente que por aquella época era sociedad de fomento y en Gerli inauguró los trabajos de inicio del servicio de agua corriente, también repartió juguetes en las oficinas del Correo en Avellaneda Centro un día de reyes.
En 1948 en la Plaza Alsina Con el lema convocante “Por la reafirmación de la Fe Revolucionaria”, se hizo presente Evita en nuestra Plaza Principal con la presencia de los gremios convocantes. Estuvo en el frigorífico Anglo de Dock Sud y junto a Perón inauguraron los consultorios médicos de la fábrica Dock Oil, las casitas de Villa Corina, la maternidad hoy conocida como Ana Goitía en homenaje a quien fuera esposa del gobernador Antonio Cafiero. Otra obra maravillosa fue el Policlínico Presidente Perón que continúa su trabajo férreo para la salud no solo de los avellanedenses, esta obra fue realizada a través de la Fundación de Ayuda Social Eva Perón porque entre los objetivos destacables, siempre estuvo el de llevar opciones de salud a las barriadas obreras.
Trabajó junto al Gral. Perón y se convirtió en la Dama de la Esperanza y a través de la Fundación, construyó hospitales, escuelas, barrios de viviendas, hizo edificar hogares para la niñez, residencias juveniles, para los ancianos y madres solas. Distribuyó no sólo alimentos, ropa y juguetes sino, herramientas para que sus beneficiarios pudieran generar lo que hoy conocemos como pequeños emprendimientos, es decir: dignidad. Podríamos seguir enumerando, pero creo que lo que debemos destacar es esa mirada plena de distribución de derechos que tuvo cada vez que se cruzó con una trabajadora, un trabajador, una madre sola, un niño con sueños y proyectos, con los ancianos o un necesitado.
Fue todo muy rápido, el destino quiso que así sucediese y como si ella lo hubiese sospechado; dedicó muy poco tiempo a descansar y realizó grandes esfuerzos físicos, para conseguir los sueños de todo un pueblo que venía postergado. Es por ello que quienes la vimos por el barrio siendo muy pibes, no podemos dejar de sentir que Ella sigue como una estrella, iluminando la esperanza de los postergados de nuestro país.
Por Hugo Caruso.
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