Todo comenzó cuando, cerca de las 12:50, la abuela de la menor salió desesperada de su casa con la niña en brazos, pidiendo ayuda en la calle. La pequeña casi no respiraba tras haberse atragantado debido a una convulsión.
El destino jugó un papel crucial cuando un bombero que se dirigía al cuartel para su cambio de guardia pasó por la zona en su auto particular. Al percatarse de la situación, no dudó en frenar, asistir a la mujer y trasladar rápidamente a la bebé al cuartel, que estaba a pocos metros del lugar.
En el cuartel, con el apoyo de otros dos compañeros, se realizaron maniobras de RCP y la técnica de Heimlich para desobstruir las vías respiratorias de la niña.
La tensión no disminuyó hasta que una médica del SAME llegó al lugar para brindar atención especializada tras el aviso de los bomberos.
El operativo fue una carrera contra el tiempo, pero finalmente, gracias a la rápida respuesta y al trabajo en equipo, la bebé pudo ser estabilizada y trasladada para continuar con su recuperación. La comunidad destacó la valentía y profesionalismo de los bomberos que hicieron posible este milagro.
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